*Desde las alturas del Pueblo Mágico, donde sus habitantes aseguran tiene el mejor clima del mundo, un paseo visual por sus angostas y coloridas calles, sus edificaciones barrocas, su cecina y helados
Antonio Zamora
Atlixco, Pue.- A nivel de la tierra, las calles angostas y construcciones al estilo barroco llenas de historia sobresalen por su belleza en Atlixco; y desde las alturas de un mítico cerro, el encanto resurge con mayor intensidad.
Conforme se va ascendiendo por el Cerro de San Miguel, la vista cada vez es mejor. El cielo azul y montañas majestuosos acompañan la caminata que en su punto final tiene a la Capilla de San Miguel Arcángel, construida en la punta, refugio de fieles católicos de la zona.
Respirar aire limpio, escuchar tranquilidad y hacer ejercicio ofrece la creación de la naturaleza que está al servicio no solo de los atlixquenses, sino de los poblanos y visitantes de todo el país.
Ubicado a 32 kilómetros de la capital poblana, este lugar es el favorito de miles para dominguear, pues cuenta con todos los atractivos necesarios para poder pasar un rato agradable en pareja o en familia.
Temprano y con la condición física necesaria, afrontar el reto de subir el Cerro de San Miguel también llamado Cerro Popocatica o cerro que humea. A unos metros del Zócalo de la ciudad comienza el recorrido que para llegar a la cima toma alrededor de 25 o 30 minutos, dependiendo el paso.
El último domingo de septiembre está marcado en el calendario de cada atlixquense como el día más importante del año, pues representantes de las once regiones culturales del Estado se reúnen para la ‘Fiesta de los Dioses’, una de las festividades más significativas de Puebla, la del ‘Huey Atlixcáyotl’.
Y es precisamente el Cerro, en la plazuela de la danza ‘Netotiloyan’ se entonan diferentes cantos, danzas y rituales vernáculos, en gran parte por los indígenas, incluyendo a mestizos.
Seguramente acalorado y con sed después del recorrido, de regreso en el zócalo las opciones para alimentarse van de un sitio a otro, con distintos sabores, escenografías.
El Mercado Municipal, elegir entre las variadas opciones de platillos que ofrecen, aunque es casi obligación probar la característica cecina, servida en abundancia con aguacate y tortillas.
Ya sin hambre y degustando una característica nieve, elegir entre recorrer el Zócalo donde normalmente presentan atracciones como concursos de danzón, exposición de flores o simplemente dejarse cautivar por los artesanos que ofrecen sus productos.
Acudir también al Jardín Mágico, ubicado a unos 15 minutos por el Libramiento. O buscar los viveros en los que mientras eliges qué comprar, ofrecen degustación de diferentes bebidas.